jueves, 26 de diciembre de 2024, 17:22

Descubierto en Valdepeñas un culto al Sol que se prolongó tres milenios, hasta el nacimiento de Cristo

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El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acaba de publicar en su revista ‘Trabajos de Prehistoria’ los resultados del estudio arqueoastronómico sobre la orientación definida por los muros de un edificio-santuario situado en la entrada norte del oppidum ibérico Cerro de las Cabezas.


Trabajos de Prehistoria es una revista científica de gran prestigio que cuenta con una larguísima trayectoria editorial, pues fue fundada 1960. Su aparición ininterrumpida junto a la calidad de su contenido -utiliza un sistema doble ciego de evaluación originales, por al menos dos revisores externos-, además de una rigurosa política antiplagio -que certifica la originalidad de los contenidos que publican-, convierten a esta publicación en la revista española de Prehistoria más fiable y con mayor índice de impacto internacional.


Un estudio que recoge esta revista en su último número revela que dos de los muros perimetrales del santuario del Cerro de las Cabezas están orientados hacia el amanecer en los equinoccios y al solsticio de verano respectivamente. Se ha certificado que la salida del Sol en los equinoccios se produce en alineación sobre la cumbre de una de las montañas más sobresalientes del horizonte: el cerro Córcovo. Otros muros del mismo santuario están orientados hacia ortos de varias de las estrellas más brillantes del cielo. Asimismo se ha verificado un alineamiento entre el santuario de entrada, la necrópolis descubierta al Este del oppidum y el punto del horizonte donde se produce el orto del solsticio de invierno. Esta relación vendría a certificar la relación entre el santuario y el cementerio de la ciudad.


Se sabe que el Cerro de las Cabezas estuvo habitado durante buena parte del I Milenio antes de Cristo. Cabe recordar que recientes estudios, también publicados en revistas internacionales, señalan que el solsticio de invierno ya orientó la construcción de los muros del conjunto de túmulos de Castillejo del Bonete en el III Milenio. Ello implica que hasta el nacimiento de Cristo, celebrado el 25 de diciembre, durante milenios se celebraron al sur de la Meseta ritos solares en el solsticio de invierno. ‘Se trata de la evidencia de un culto al sol precristiano prolongado durante miles de años y desde tiempos prehistóricos. La Arqueoastronomía se revela como un método de trabajo capaz de aportar información de gran trascendencia y para aspectos sociales a veces tan poco tangibles como es la religión’, ha señalado Luis Benítez de Lugo, arqueólogo coautor del estudio. César Esteban, astrofísico del Instituto de Astrofísica de Canarias es el otro cofirmante del trabajo.


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